Mazda Furai Concept


  • Publicado en Agosto de 2008, Revista TuneR

“Furai”, es el nombre de esta bestia, de este concept car diseñado por Laurens van den Acker, líder actual del departamento de diseño de Mazda. Su nombre significa “El Sonido del Viento”, y es la quinta y ultima adición a la cuadrilla de concept cars que se rigen por el revolucionario lenguaje de diseño “Nagare”, en el que todo fluye naturalmente – suena como algo muy profundo, pero al mismo tiempo es muy puro y simple… la idea es crear autos que nos dejen boquiabiertos, que nos hagan sentir como que tenemos 9 años nuevamente… revivir esas mariposas en el estomago que nos dieron autos como el Countach, o el Batimovil.

El ideal “Nagare” nos trae estas lineas únicas y sensuales, capturando el flujo y movimiento del agua y el viento, en el metal. Este lenguaje captura de forma única el concepto puro del diseño Japones – mas allá de los Evo, STI y GT-R, esto nos lleva aun mas al origen de esta nación, a las raíces Budistas, Shinto y a sus ideales estéticos. Miren esos trazos… no parecen caligrafía oriental acaso? Que irónico que el culpable de liberar tal belleza sea un Holandés, hehe.

Más allá del hermoso diseño, la ingeniería detrás de todo esto es igualmente increíble. Desarrollado en Mazda California, el Furai esta basado en el chasis del Courage C65 LMP2, un auto de competición de la American Le Mans Series, con un motor rotativo montado en posición central, tri-rotor aspirado de apenas 2 litros, que produce 450 caballos y funciona con combustible E100, que es básicamente etanol. Considerando esto, una de las cosas que mas llama la atención de este concept car, es que es completamente funcional y no una maqueta inútil como la mayoría – este concept tiene también el objetivo de re-asentar el nombre de Mazda en el deporte-motor. Con esto estan haciendo lo imposible, demostrando que algo tan “frágil” e “irreal” como un concept car puede tener un alto desempeño en uno de los ambientes mas hostiles, el circuito de carreras.

Aplicar este tipo de ingeniería al Furai destroza la idea de que sea nada mas una pieza de arte y le da verdadero motivo para existir.

Tiene un motor rotativo, es ligero y tiene una performance extraordinaria, es la razón de ser de Mazda, su filosofía – y todo acompañado con unas preciosas y alocadas lineas. Lo increíble de estas lineas es que ademas de verse aerodinámicas, realmente lo son. Cuando los ingenieros comenzaron a evaluar la dinámica de fluidos sobre los bocetos originales descubrieron que ya de por si lo que había dibujado Acker era increíblemente aerodinámico, llegando así a lo funcional a través del diseño mismo. Sin el alerón, su coeficiente de resistencia es de apenas 0.36.

Por otro lado, empardado al motor Wankel 20B, tiene una transmisión de 6 velocidades secuencial capaz de soportar hasta 750 caballos, unos lindos frenos Brembo para hacer que toda esa belleza se detenga, cubiertas Kumho con un dibujo cortado a mano, y unas hermosas llantas por parte de BBS, la misma empresa que proveyó las llantas para la RX-7 Spirit-R. En pocas palabras, un sueño.

Al ver este auto, el Furai, con sus lineas, su carácter agresivo y predatorio, que hasta podríamos llamar “muscular”… lo primero que se me viene a la mente son esos épicos supercars de los 80’s y 90’s, la era del Porsche 956, el Jaguar XJ220, el Bugatti EB110 y el Lamborghini Diablo – una era previa al Protocolo de Kyoto, previa a los miedos de la contaminación, previa a la crisis del petróleo y a las reglas de seguridad tan exigentes como las que tenemos hoy… una época en la que lo único que importaba era ir aun mas rápido, con notas de escape orgásmicas y un diseño capaz de romperle el cuello a cualquiera que quiera volver la cabeza para mirar… una era que extraño, y que espero que Mazda se encargue de traernos de nuevo.

Muero por ver que algo tan radical como el Furai llegue a la linea de producción. Un supercar Japones con motor rotativo en posición central, de la mano del nuevo GT-R, reviviendo la época del Supra, RX-7, GT-R y el NSX, pero subiéndole un poco mas el volumen. Que emoción.

Sinceramente, no puedo esperar.

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